En Priest, Tyler Anselm Bell se encara a un torbellino sensible donde el deber y el deseo chocan. Como sacerdote, su historia estuvo regida por preceptos inalterables, pero un acercamiento con pasión desató una pelea interna que reta sus convicciones. La historia explora la fragilidad de la fe frente impulsos imparables, exponiendo de qué forma el remordimiento convive con la tentación de reiterar un fallo que redefine su identidad y propósito.