En Érase una vez la taberna Swan, Diane Setterfield despliega una trama embriagadora donde el secreto y la magia se funden con un ámbito colonial. La narrativa prosigue el encontronazo de un acercamiento fortuito que une a familias agobiadas, destacando de qué manera cada rincón de esta vieja taberna encierra un relato lleno de leyendas y conmuevas profundas.