En el intrigante relato El Ángel blanco, la priora Prisca reta las reglas al investigar el macabro asesinato de 2 monjas y el secreto tras la desaparición de viejos manuscritos. Con audacia y determinación, usa su seudónimo para difundir cuentos que procuran develar misterios ocultos en el monasterio benedictino.